El cerebro humano es un
gran desconocido para la ciencia, aunque por suerte cada día sabemos más de él.
Tu cerebro es el órgano que ha de aprender un idioma, así que debemos saber
cómo funciona y de qué manera trabajar con su estructura. Porque al contrario
de lo que la mayoría de la gente piensa, el cerebro tiene un camino propio. Mucha
gente cree conocer la mejor manera en la que aprender, y en cuanto se habla de
idiomas, todo el mundo parece tener una teoría. Sin embargo; no tengo más que
ver la cantidad de personas que fracasan para darme cuenta de que no tenían ni
idea.
Sin entrar en
complicaciones psiquiátricas, te voy a descomponer tu cerebro en diferentes
partes. La primera es en la que tú estás ahora mismo, se llama Consciente. Hablaremos
de tu consciente más adelante en este blog, sólo decirte que cuando estás
despierto, o leyendo esto, es la parte en la que reside tu pensamiento. En este
momento estamos en esa parte de nuestra mente, y esa parte de nuestra mente no
está pendiente de que tu corazón siga latiendo ni de que continúes respirando. Pero
sabes que hay más parte de tu cerebro, un nivel más profundo que sí está al
cargo de todas las funciones para la vida. ¿Quién crees que es mayor?
La inmensa mayoría
de ti que no controlas
En contra de lo que la
ciencia pensaba hace prácticamente nada, el subconsciente, al que yo llamo
Gigante Dormido, es la mayor parte de nuestro cerebro, pongamos un ochenta por
ciento más o menos y por intentar no exagerar demasiado. De hecho la ciencia
cree que aún residimos en un porcentaje menor de nuestro cerebro. La
neurociencia ha demostrado que nuestras acciones, están muy influidas por
nuestro cerebro, cosa que suena más que lógica. Si pensamos que la mayoría del
cerebro es el Gigante Dormido, no hace falta ser demasiado inteligente para
pensar que debemos trabajar con él si queremos aprender un idioma.
El Gigante Dormido no
tiene claros muchos conceptos como el sentido del ridículo, el tiempo, la
lógica o la gente. Por eso en un sueño no sabes cuanto tiempo ha pasado, y tu
amigo Felipe de repente se transforma en tu hermano Manuel, o al abrir la
puerta de tu habitación llegas a la casa de tus abuelos. El Gigante Dormido
para un poco tonto. Sin embargo tiene un cometido en la vida, velar por nuestro
bien y mantenernos con vida. Su principal función es sobrevivir. Para ello no
ha de entender de nada, pues el ser humano es capaz de hacerse matar por muchos
sentimientos, pero él no se deja influir por nada ni nadie.
Como para sobrevivir
debemos nuestra seguridad a la permanencia de un grupo, la naturaleza nos da
todas las herramientas para aprender un idioma (la llave para pertenecer a un
grupo) en forma de ese Gigante Dormido. Un niño recién nacido va desarrollando
una serie de pautas y aptitudes que son básicas para aprender un idioma, y lo
hace de forma natural. El Gigante Dormido guía el proceso de forma natural y lo
hacemos sin darnos cuenta de nada. Cuando llegamos a la adolescencia, el
Gigante simplemente cambia de objetivo, y se enfoca en la sexualidad.
Esto ocurre una vez hemos
comprendido que pertenecemos a un grupo que nos protege, e instintivamente lo
que ahora estamos buscando es la procreación, para así cumplir con otro
objetivo más en la vida. Y es muy curioso como en el mundo moderno en el que
vivimos, aún nos sentimos influenciados por todas estas necesidades biológicas,
aunque no marquemos el territorio como lo hacen los chimpancés, a ver si eres
capaz de convencer a un/a adolescente a dejar su smartphone un ratito. Perder
el contacto será el peor castigo.
Invasores
El Gigante Dormido, que
sólo quiere hacerte sobrevivir, cuando se despierta ve unos mensajes muy
claros. Ligar es algo bueno para sobrevivir, o seguir el contacto con los
amigos, o jugar al fútbol, o echar una tarde de cañas en el bar. Por este
motivo, no tiene ni idea de que la parte Consciente de nuestro cerebro quiere
aprender un idioma. El Gigante Dormido no habla ese idioma, por eso no lo
entiende. Lo que tenemos que hacer es traducirle nuestra intención.
Antaño, el extranjero no
era más que un enemigo, y aunque nos creamos muy civilizados, aún mantenemos un
poco de esa idea, aunque transformado en prejuicio más que en una agresión. Queremos,
o necesitamos, aprender una segunda lengua, pero no somos capaces de darle la
importancia que se merece, y nuestro Gigante sólo puede verla de manera secundaria. Para poder aprender una lengua,
debemos incluirla en nuestro pensamiento y en nuestra vida. Solo entonces
nuestro Gigante Dormido podrá pensar que es importante el pertenecer a un nuevo
grupo, con nuevos individuos, donde necesitaremos nueva protección, y podremos
procrear nuevos individuos.
Puedes ser una persona
del S. XXI, al igual que yo, y no por ello significa que este tipo de trazas
genéticas no te afectan. Lo que vamos a hacer con el método Thinking Languages!
es usarlas en nuestro favor, y dejar de luchar contra la naturaleza como hacen
el resto de métodos.
Dedica unos minutos del
día a pensar en la lengua que estés estudiando. No importa tu nivel, hazlo
desde el primer día. Si sólo sabes los colores, pues piensa sólo en los colores
de las cosas, pero piensa en el idioma. Thinking Languages!
Recibe la mayor cantidad
de input en lengua extranjera que puedas. Tenemos la música, Internet, libros,
chats, amigos, televisión, revistas… ¿qué importa lo que sea? ¿qué importa
cuanto entiendas? ¡Hazlo! Que tu Gigante Dormido despierte pensando que tu vida
está en peligro y se ponga a trabajar para ti inmediatamente. Thinking
Languages!
Pon interés en la cultura
a la que accedes, un idioma y una cultura son en esencia la misma cosa, y
tienen mucho que aportarte, no seas un vikingo y desprecies a los de fuera, sé
inteligente. Thinking Languages!
Y supongo que hay algo
que no entiendes del todo, eso de que el Gigante Dormido se vaya a ponder a
trabajar para nosotros simplemente por haberle engañado, e incluso muchos
pensarán que no será fácil engañarle si mi yo consciente sabe que lo estamos
haciendo. Bien, el Gigante Dormido no distingue la realidad de la ficción, es
un hecho. Te lo explico en el próximo post. Mientras tanto, practiquen.
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